Sesión de pareja en Navacerrada, surgió como todas las sesiones bonitas de una conversación casual.

No hay nada como ver que nieva en la sierra para escaparnos a hacer una sesión de pareja en la nieve.

Fue uno de esos días raros que parecía que nada podía ser, no paraba de nevar, no nos dejaron subir a lo más alto de la montaña por el temporal, parecía que no se iba a poder aparcar, hacía mucho frío,... Todo era como un gran no, sin embargo, no pudieron con nosotros, ¡no nos rendimos! ¡Llegamos! Y pudimos empezar nuestra sesión de pareja en Navacerrada.

Conseguimos vivir una aventura con Tatan & Isma. Empezamos la sesión de pareja con un tranquilo paseo por el bosque, jugamos con la nieve, si hubo muchos bolazos, muchas risas, y como en el amor y la guerra todo vale, lo que empezó con guerra acabó con abrazos, besos y caricias.

Para ayudar a recuperarse un poco del frío y renovar fuerzas, cogimos una manta y acurrucados en una roca y al resguardo del viento tomaron un chocolate caliente. ¡Nos os podéis imaginar lo rico que estaba!

Y continuamos con la experiencia ¿Alguna vez habéis descorchado una botella, la habéis agitado y lo habéis celebrado a lo grande? ¿Conocéis esa sensación? Tatán&Isma lo hicieron, celebraron, sin más, sin excusas, sin motivos, sólo por el placer de experimentar esa sensación, ese derroche de adrenalina, esa alegría infinita que produce hacer y descubrir algo nuevo.

A partir de ahí todo fue rodado, el tiempo se volvió de nuestra parte, salió el sol y nos ofreció un espectacular atardecer en pleno invierno. De esos, en los que el sol parece que te abraza suavemente y te invita a volver a casa y a terminar el día. Y así fue el final perfecto para nuestra sesión de pareja en Navacerrada.