Preboda en un marjal cuenta un poquito la historia de Carina&Daniel y de lo mucho que se quieren.

C&D nos invitaron a cenar a su casa para hablar de su preboda. Nos contaron la idea que tenían, hacer algo sencillo, donde relajarse y poder ser ellos. Querían disfrutar de una tarde normal, dando un paseo y haciendo un plan juntos.

Por eso, les propusimos hacer su Preboda en un marjal, un lugar que descubrimos haciendo una de las últimas rutas en bici y que estaba cerca de su casa.

Así fue como nos perdimos en mitad de la naturaleza de nuevo para hacer su preboda. En ella, pudimos disfrutar de un agradable paseo atravesando puentes de madera sobre humedales. Estuvimos rodeados de aves de muchos tipos, vegetación (con mosquitos sobre todo cuando cayó el sol, no es recomendable ir a esas horas aunque la luz es brutal) y de mucha agua. Los días anteriores no había parado de llover, lo que hizo que en una parte del camino nos cortara el paso. Esto no fue un inconveniente, sino todo lo contrario. Hicimos de esta situación algo especial, porque la luz en ese espacio era genial y nos regaló unas imágenes alucinantes.

A la vuelta, justo al atardecer encontramos un mirador con mucho encanto. Era una casita de madera donde observar las aves. Allí guardamos mucho silencio para no molestar a las aves y pudimos disfrutar de unas vistas espectaculares según se iba ocultando el sol tras la montaña. Aquí, nuestra pareja tuvo un poquito más de intimidad en su preboda y se pudieron dedicar unas palabras al oído.

Con Preboda en un marjal compartimos con C&D una bonita experiencia donde jugaron, brindaron, compartieron risas y nos contaron un poquito más de ellos y de lo que tienen pensado para su boda. ¡Qué ganas! ¡Estamos deseando que llegue!


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